Lo que creemos.
Para quienes hacemos Red Sur-Mujer, resulta fundamental poner de relevancia la cuestión laboral, en todas sus aristas. En el caso nuestro particularmente, trabajamos en la promoción del esquema de cooperativa para facilitar la inserción al mercado laboral de mujeres a partir de los 18 años, que necesitan transformar su situación de amas de casa y/o complementarla con una salida laboral. Además, sostenemos la centralidad de la educación cooperativa como herramienta para lograrlo.
Nos planteamos la necesidad de fortalecer a través de mecanismos solidarios, las capacidades de las mujeres y es por ello que hemos decidido realizarlo a través del cooperativismo.
En la historia.
Históricamente el cooperativismo nace como una forma diferente dentro del medio en que se origina. Aparece así en el seno de lo que se llamó Revolución Industrial y como reacción de defensa de los sectores menos favorecidos de la sociedad.
En esta búsqueda de formas de defensa económica y a la vez de cambio social, surgieron, apoyándose en las fórmulas históricamente probadas del esfuerzo propio y la ayuda mutua, las ideas precursoras del cooperativismo.
El reemplazo de lo competitivo, de lo individualista, del mundo de sí mismo, de lo atómico y del monólogo por la actitud mutual, colectiva, participativa, de apertura, empatía y respeto hacia el otro. Esta es la actitud cooperativa, por lo tanto, solidaria.
En este sentido, nuestra experiencia ha sido y será enfocarnos en los sectores más carenciados de la sociedad, donde se suman tanto la imposibilidad material de acceder y completar el nivel de educación secundaria como la discriminación de género, una marcada aporofobia manifestada en algunos sectores sociales como también el rechazo a la población migrante, factores todos que dificultan la obtención de un trabajo.
Derecho Humano básico.
Entendemos también el cooperativismo como instrumento para formar igualdad de oportunidades, como uno de los caminos esenciales para superar esquemas meritocráticos basados en la “cultura del esfuerzo” individual. Creemos indispensable la valoración del esfuerzo pero sabemos que sin igualdad de oportunidades, se trata de una práctica vacía de contenido social y peor aún, generadora de grandes frustraciones para quienes ya padecen exclusión y constantes postergaciones.
El trabajo entonces no sólo organiza las sociedades sino que es un derecho humano básico.
Red Sur-Mujer se constituyó para aportar desde este lugar, a todos los modos de promoción y protección de este derecho, con enfoque de género.
