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26 noviembre 1911. Julieta Lanteri vota.
El 26 de noviembre de 1911 Julieta Lanteri se convirtió en la primer mujer en Argentina y Latinoamérica en sufragar.
El 16 de julio de 1911, fue a inscribirse al padrón electoral de la Ciudad, aprovechando que había un reempadronamiento. Quería votar el las elecciones venideras para renovar el Consejo Deliberante. Julieta mostró al empleado su carta de ciudadanía y una copia de la ley 5098 que disponía que se renovara el padrón de la Capital Federal cada cuatro años y que en su artículo 7ª establecía como condiciones para inscribirse en el registro: ser ciudadano mayor de edad, saber leer y escribir, presentarse personalmente a realizar el trámite, haber pagado impuestos comunales por valor de 100 pesos como mínimo o ejercer alguna profesión liberal dentro del municipio y tener domicilio en la Ciudad por lo menos desde un año antes. Julieta reunía varios de los requisitos y el hombre no pudo negarse a incorporarla y le entrega una boleta con el siguiente texto:
“Inscripción Municipal. Sección 2ª, Mesa 1.Doctora Julieta Lanteri de Renshaw, de nacionalidad naturalizada, profesión médica. Domicilio en calle Suipacha Nª782 y que paga impuesto…. De $…. ha sido inscripta bajo en Nº 80”.
El 23 de noviembre de 1911, Lanteri votaría en la Iglesia de San Juan frente a la mirada estupefacta de los varones, convirtiéndose en la primera mujer en sufragar del país y –según algunos historiadores-, de Latinoamérica.
El presidente de mesa Adolfo Saldías le manifestó su satisfacción por haber firmado la boleta de la primera mujer sufragista sudamericana. Faltaban 40 años para la sanción de la ley 13.010 que permitiera votar a las mujeres argentinas.
Pionera del sufragio femenino en Argentina
“Los derechos no se mendigan….se conquistan, ese es el espíritu que nos anima a continuar la lucha”[1]
“Mis actos son una afirmación de mi conciencia que me dice que cumplo con mi deber: una afirmación de mi independencia que satisface mi espíritu y no se somete a falsas cadenas de esclavitud moral e intelectual, y una afirmación de mi sexo, del cual estoy orgullosa y para el cual quiero luchar”
“En el parlamento una banca me espera, llevadme a ella”
[1] Revista Obstétrica Año V T.V 1907 Conferencia en Asoc.Obst. Nac. “Moral Obstétrica” Biblioteca de la Facultad de Medicina, p 135/151