Nos entrevistamos con Nadia Vardé, médica, militante feminista y escritora.
Nadia nació en 1962 y vivió casi toda su juventud en la zona sur del conurbano bonaerense, en los partidos de Berazategui y Quilmes. Médica graduada en la Universidad de Buenos Aires, se especializó en tocoginecología en el Hospital Iriarte de la ciudad de Quilmes, y ejerció el oficio de atender partos por muchos años. Activista feminista, forma parte de la Asociación Grupo Comunitario de la Costa, con sede en la ciudad de San Javier, provincia de Santa Fe, lugar donde reside desde 1989.
Publicó algunos cuentos en antologías de escritores noveles, antologías regionales santafesinas y en algunas publicaciones de revistas médicas y feministas.
Nadia participa hace muchos años de la Asociación Grupo Comunitario Mujeres de la Costa en defensa de los derechos de las mujeres y conoce muy bien el impacto de esa lucha colectiva contra la discriminación y toda forma de violencia contra las mujeres. Tal fue ese impacto que durante mucho tiempo se pretendió desalojarlas de la fracción de una casa donde funciona la entidad.
Luego de mucho andar, el año pasado la Asociación recibió finalmente un Convenio para uso de ese inmueble por parte de la entonces Ministra de Educación del Gobierno de la Provincia de Santa Fe mediante el cual el lugar es destinado a actividades que preserven los derechos de las mujeres de la costa santafesina. Allí, la Asociación desarrolla cursos de capacitación, y generación de trabajo, en áreas comunicacionales, medioambientales y sanitarias, se aborda Educación Sexual Integral y también temáticas referidas a cultura, educación y toda tarea que conlleva la defensa de los derechos y la dignidad de las mujeres.
El Banco Rojo
Nadia y sus compañeras no sólo resistieron sino que diseñaron estrategias de fortalecimiento. Ello les valió el reconocimiento de del gobierno de la Provincia de Santa Fe entre otros.. Pero no fue ni es sencillo. En San Javier, Santa Fe, decidieron instalar de modo más que gráfico esta lucha contra las violencias de género. Se vincularon con una fundación que consolidó una particular actividad conocida como el Banco Rojo. como forma de recordar a todas las víctimas de violencias y visibilizar la problemática como modo además, de concientizar sobre los crecientes femicidios.
Trabajaron en ese sentido. Hoy San Javier tiene su Banco Rojo. Nadie en la ciudad puede dejar de verlo. Ese espacio público se instituyó como lugar donde van las familias a compartir una tarde, un mate y una clara consigna contra la violencia hacia las mujeres. Cada banco tiene la misma inscripción en memoria de todas las mujeres asesinadas por quienes decían amarlas…
Mujeres de dos orillas.
